Connecticut en flor

Bautizada con el nombre de David Wooster, héroe de la Guerra de la Independencia, la plaza Wooster de New Haven fue concebida a principios del siglo XIX y ha sido restaurada para simular un parque de principios del siglo XX. Cada primavera, la plaza se llena de color con la floración de sus cerezos Yoshino.

Narcisos. Una de las flores más tempranas de la temporada, los narcisos son una presencia bienvenida en casi todos los jardines suburbanos de Connecticut. Contemple miles de narcisos en el histórico Museo Denison Homestead de Mystic.

La colección de rododendros Mehlquist del Arboreto Bartlett cubre más de 1 a 1 1/2 acres y medio de tierra y contiene varios cientos de especies, variedades y cultivares de rododendros resistentes al suroeste de Connecticut.

Laurel de Montaña. La flor estatal de Connecticut se encuentra por todas partes, como parece apropiado, pero una de las mayores exhibiciones se encuentra en el Parque Estatal Bigelow Hollow y el Bosque Estatal Nipmuck de Union. Aquí encontrará un Santuario de Laurel de Montaña de una milla de largo, donde las plantas alcanzan alturas de entre 4,5 y 6 metros. Plantado por primera vez en 1935 por el Cuerpo Civil de Conservación, el Santuario ofrece también lugares para picnics y para la contemplación.

Rododendro. Esta planta maravillosamente generosa crece en abundancia por todo Connecticut, y bien merece la pena detenerse a admirar sus flores a finales de primavera o principios de verano. Puede encontrar un santuario de 800 metros de largo dentro del Bosque Estatal de Pachaug en Voluntown. Los rododendros autóctonos alcanzan alturas de entre 3 y 4,5 metros, con hojas de hasta 25 centímetros de largo, todos ellos enclavados entre cicutas y cedros blancos del Atlántico.

El Parque Elizabeth está inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Ofrece más de cien acres de jardines formales, espacios verdes, instalaciones recreativas, senderos para caminar y el Pond House Café. Venga a disfrutar de la belleza de los jardines y terrenos, y, por supuesto, de sus impresionantes rosas.