¡Sal y ve! - Aventura al aire libre en Connecticut

Con solo unas cuantas chapuzas, podrá disfrutar entre garcetas, águilas pescadoras y águilas calvas, y entre la brisa marina y las plantas salobres. Alquile un kayak o una tabla de paddle surf en Black Hall Outfitters de Old Lyme en la marisma salada de Great Island, de 200 hectáreas (un refugio de vida silvestre protegido donde los ríos Connecticut, Black Hall y Lieutenant se unen con el estrecho de Long Island), y explore un reino costero que pocos han visto. Las vías fluviales tranquilas, poco profundas y sin lanchas motoras son el paraíso del remero. Los ecotours guiados son enriquecedores, con excursiones al atardecer que ofrecen un espectáculo de colores vibrantes. También se encuentra en Westbrook.

No deje al azar las salidas perfectas de otoño: camine o ande en bicicleta entre la vegetación de los senderos cercanos de The Last Green Valley. The Last Green Valley tiene la mitad del tamaño del Parque Nacional del Gran Cañón y más de diez veces el de Acadia, el parque nacional más grande del noreste. Bosques y tierras de cultivo constituyen el 77% de sus 695,000 acres, pero se encuentra a solo una hora de tres de las cuatro áreas urbanas más grandes de Nueva Inglaterra. Sus 300,000 habitantes residen a solo dos horas y media de 25 millones de personas. Esta isla rural relativamente subdesarrollada en medio de la región más urbanizada del país la convierte en un recurso de importancia local, regional y nacional.

El otoño es la época ideal para emprender la ascensión moderada a la montaña Talcott en Simsbury. El sendero es perfecto para iniciarse en la actividad con niños. Al llegar a la cima, tendrán 50 metros más para ascender hasta la cima de la Torre Heublein, construida en 1914 como residencia de verano. Desde esta histórica estructura, los visitantes disfrutan de vistas panorámicas que llegan hasta el estrecho de Long Island.

En Connecticut es imposible escapar de la tradición histórica, incluso en medio de las 860 hectáreas de serenos bosques y agua en East Haddam. Así que, antes de embarcarse en una caminata para observar aves o probar suerte pescando truchas de arroyo, camine la corta distancia desde el estacionamiento hasta las fotogénicas cascadas Chapman. ¿Ve esos hoyos circulares en la base de la cascada? Las historias, probablemente inventadas por los primeros pobladores de Connecticut, las atribuyen a un Satanás loco por los saltos, que accidentalmente metió la cola en el agua fría.

Mientras contemplas el follaje en las colinas de Litchfield, haz una breve parada en el Parque Estatal Campbell Falls para disfrutar de un paisaje espectacular que merece la pena fotografiar. Con una cascada de 15 metros, este parque estatal es una reserva natural que ofrece rutas de senderismo y pesca en arroyos.

Este parque de 600 hectáreas en Hamden, llamado así por la forma de su cresta de tres kilómetros, que se asemeja a un imponente gigante estirado para una siesta, es un destino ideal para senderistas de todos los niveles. Sus 48 kilómetros de senderos incluyen tramos originales de la famosa red Blue Blazed. Algunas rutas a la cima son empinadas y requieren habilidad, pero el sendero Tower Trail, de 2,4 kilómetros, ofrece un ascenso relajado. Las vistas desde la torre de cuatro pisos de piedra labrada se extienden hasta el estrecho de Long Island.